INVESTIGACIÓN SOBRE SALUD SEXUAL
En tanto Lidia Schiavoni presentó su trabajo de investigación “Mujeres y encima pobres, la voz de las usuarias en la maternidad pública de Posadas”, realizado en base a conversaciones que mantuvieron con mujeres que acceden al programa nacional de anticoncepción, en la unidad de perinatología del hospital Madariaga. Compartió cómo las mujeres regulan su fertilidad a través del programa nacional. Trabajaron en la unidad de perinatología del hospital Madariaga, donde se atiende el servicio de obstetricia y neonatología, de mayor complejidad de la provincia, y donde la población usuaria pertenece a sectores bajos y medios bajos, muy pocas tienen obra social. Poca gente analfabeta, casi inexistente, nivel primario completo y algunas con secundaria completa.
Son trabajadoras del sector informal, tanto mujeres como pocos varones contactados, viven en familias nucleares con promedio de cinco hijos. Lo destacable es que inician métodos anticonceptivos después del primer hijo y eligen por recomendación del médico y no a partir de la canasta disponible. Y las mujeres más jóvenes tienen menos acceso a los MAC que las mayores".
En la investigación el equipo encontró "relaciones asimétricas que se manifiestan en diálogos bastante injustos donde la duración de la atención es mínima, el léxico con el cual se refieren es limitado y ellas se sienten descalificadas ante la visión del otro, y las mujeres tienen sus propias historias, pautas de vida y se sienten no diría agredidas pero sí desvalorizadas ante esta situación. No diría que el equipo de salud actúe con mala intención, sino que no se ha logrado en estos casi 7 años de programa girar la perspectiva con la cual se trata al otro. Las mujeres son vistas como sujetos sin conocimiento y si lo tienen es incorrecto, con lo cual poco se las escucha, poco se las atiende y ellas perciben esto. Y en segundo término siguen siendo el foco de la anticoncepción, los varones no aparecen en escena y los pocos que las acompañan a la consulta no los invitan a pasar a la consulta con lo cual ellos no se sienten habilitados".
El punto tres es que no se reconoce como un derecho la elección del método, sigue prescribiéndolo el médico en función de la edad de la usuaria, cuál es su historia reproductiva y la propia preferencia que tienen los médicos, "a ésta DIU, ésta no puede, no vengas con tu hija porque no administra a jóvenes métodos anticonceptivos porque suficiente es el preservativo, que en realidad mantenga la menor cantidad de relaciones posibles, y el criterio es que a una joven sin pareja estable no se le administran pastillas ni inyecciones, que use preservativos solamente porque entonces estará como más controlada".
Schiavoni dijo que la entrega de preservativos es mínima en relación a las usuarias y el criterio conque lo entregan es a las adolescentes porque a ellas mejor no cargarlas con nada más, bueno, que carguen con niños", ironizó. Y "la pastilla del día después conviene no hablar, si la conocen la van a usar mal y la usan mal.
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